Los primeros auxilios son aquellos que mitigan y contienen problemas de salud de manera inmediata y en el primer momento: traumatismos, accidentes o problemas de salud sobrevenidos. Se trata de unas acciones enmarcadas en el protocolo de una primera atención, que en situaciones graves puede salvar vidas.
Esta atención inicial puede ser crucial para salvar vidas. Vamos a explicarte cómo se pueden prestar estos primeros auxilios, en 7 pasos bien estructurados. Si tienes interés en conocer este protocolo o te planteas estudiar un grado medio de salvamento y socorrismo, este post te será de gran ayuda.
Primer paso de los primeros auxilios: mantener la calma
Poner en práctica este protocolo puede ser complejo en una situación real de accidente, lesión o enfermedad. El estrés y el caos de la situación pueden dificultar la concentración o entrar en una situación de bloqueo.
Es probable que tengas que lidiar con lesiones o situaciones desagradables o de gran impacto emocional. Por eso mantener la calma va a ser absolutamente vital para tomar las mejores decisiones. Además, te protegerá a ti, de una eventual situación postraumática.
El segundo paso del protocolo: proteger el entorno
Preserva la zona donde se encuentra la persona que necesita ayuda, especialmente en un accidente. Aléjala de peligros potenciales: restos del accidente, un foco de calor o fuego, agua, etc.
A continuación, valora señalizar y proteger el perímetro donde se encuentra la víctima y vela, igualmente, por tu seguridad; esto último es muy importante. Piensa que vas a permanecer junto a ella hasta que vengan los servicios de emergencia médica. Debes tomar estas precauciones, ya que tu intervención puede ser clave y vital.
Tercer paso: evaluar a la persona accidentada o enferma y llamar a emergencias
Saber cuándo llamar en primeros auxilios es crucial. Sin embargo, en situación crítica de enfermedad o lesión, es complejo tomar esa decisión. Aquí te dejamos unas pautas orientativas.
En estos casos, la llamada es inmediata: inconsciencia, ausencia de respiración o pulso débil. La llamada inmediata es la prioridad.
Si la víctima sangra abundantemente, controla la hemorragia antes llamar a emergencias y de evaluarla exhaustivamente. La llamada a emergencias o la atención a otras lesiones pueden esperar unos segundos mientras detienes el sangrado.
En la llamada, proporciona cualquier otra información relevante: indica si la persona tiene alguna condición médica preexistente o si está tomando algún medicamento, si explica si está consciente, sus reacciones, etc.
Si te es posible, detalla el número de víctimas y la naturaleza de la emergencia, describiendo lo que ha sucedido. Así, los servicios sanitarios optimizarán su eficiencia, llevando el personal y las dotaciones adecuadas.
Cuarto paso: la atención vital a la víctima
- RCP (Reanimación Cardiopulmonar o CPR CardioPulmonary Resuscitation en inglés).
- Coloca a la víctima en posición lateral de seguridad, si fuera necesario.
Si no estás entrenado en primeros auxilios, mantén a la víctima confortable. Simultáneamente, intenta pedir ayuda de alguien con experiencia médica que se encuentre allí.
Quinto paso: contención del daño
- No rompas las ampollas.
- Cubre la quemadura con una gasa estéril suelta.
- Evita aplicar cremas o ungüentos en la quemadura.
- Inmoviliza la extremidad lesionada con una tablilla.
- Aplica hielo en la zona para reducir la hinchazón.
- Eleva la extremidad lesionada por encima del nivel del corazón.
Sexto paso: proporcionar confort y comodidad dentro de lo posible
- Cubre a la víctima con una manta o ropa adicional.
- No le des nada de comer ni beber.
- Si la víctima está consciente, anímala y trata de mantenerla tranquila.
- Haz preguntas sencillas que te permitan evaluar su estado cognitivo